
La cúrcuma es un condimento o especia que últimamente parece estar en boca de todos. Unos sugieren prepararla en infusiones o en la llamada leche dorada, otros proponen condimentar con ella alimentos y platillos y otros más usarla como suplemento dietético. ¿Pero, porqué tanto ruido? ¿Qué es? ¿Para qué sirve la cúrcuma? ¿Es cierto todo lo que se dice de ella? ¿Cuál es su lado oscuro?
La Curcuma longa, como se llama científicamente, es una planta herbácea originaria de la India. Desde tiempos remotos se ha utilizado en el sureste de Asia como colorante para textiles y alimentos y como parte de la medicina tradicional. Hoy en día sigue usándose ampliamente como condimento. Es esa especia que da su color característico a curries y mostazas.
La cúrcuma es rica en polifenoles, siendo la curcumina el más abundante. Representa aproximadamente el 5% de su peso seco. Los polifenoles son compuestos que producen las plantas como parte de su metabolismo y son los principales antioxidantes en la dieta humana.
La cúrcuma se ha vuelto un suplemento dietético muy popular. Esto se debe a que, además de tener una larga historia dentro de la medicina tradicional asiática, se han publicado numerosos reportes que le atribuyen variados efectos benéficos para la salud. Encima de esto, es reconocida como “generalmente segura” por la U.S. Food and drug administration (FDA) como aditivo alimentario en dosis de hasta 20 mg por porción.
Pero ¿cuáles son los beneficios de la cúrcuma? ¿Vale la pena incluirla en la dieta o tomar suplementos dietéticos que la contengan?
A continuación revisaremos algunas evidencias con respecto a los posibles beneficios de la cúrcuma. Después analizaremos las razones por las que estas evidencias deben tomarse con precaución.
Propiedades antioxidantes y antiinflamatorias de la cúrcuma
Si queremos saber para qué sirve la cúrcuma tenemos que empezar por decir que entre los mecanismos más importantes a través de los cuáles la cúrcuma podría ejercer los beneficios a la salud que se le atribuyen, se encuentra la capacidad de la curcumina de inhibir a los radicales libres. Los radicales libres son moléculas inestables que se producen como parte del metabolismo normal de las células, pero al acumularse son capaces de dañar los tejidos.
La acumulación de radicales libres favorece el estrés oxidativo y éste a su vez conduce a la inflamación crónica y al desarrollo de enfermedades. La producción de radicales libres modula el comportamiento de sustancias mediadoras de la respuesta inflamatoria.
La curcumina puede disminuir el estrés oxidativo y la inflamación a través de diferentes mecanismos. Por ejemplo, bloquea las rutas metabólicas de algunas sustancias proinflamatorias como el factor de necrosis tumoral alfa e inhibe la producción de citocinas proinflamatorias como las interleucinas.
Además, es probable que la curcumina potencie la actividad de diversas enzimas antioxidantes.
En conjunto, estas actividades biológicas promovidas por la curcumina reducen la peroxidación de grasas, limitando el daño hepático e interactuando con el proceso inflamatorio inhibiendo la micro inflamación.
Esta inflamación juega un papel central en el desarrollo de enfermedades crónicas autoinmunes, cardiovasculares, endocrinas, neurodegenerativas y neoplásicas.
En consecuencia, se piensa que las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias de la curcumina la hacen capaz de modificar el curso de algunas enfermedades crónicas como el asma, artritis reumatoide, enfermedad inflamatoria intestinal, cardiopatías, diabetes, cáncer, entre otras.
Cúrcuma, obesidad, síndrome metabólico y diabetes

Si la curcumina puede atenuar la inflamación sistémica, esto implica que, además de ser útil en el tratamiento de enfermedades inflamatorias como la artritis, otros beneficios de la cúrcuma podrían asociarse con la prevención o tratamiento de alteraciones de salud relacionadas con la micro inflamación. Entre ellas se encuentran el síndrome metabólico, la obesidad y la diabetes.
El síndrome metabólico es un conjunto de condiciones que predisponen a la diabetes mellitus y la cardiopatía isquémica. Entre estas condiciones se encuentran resistencia a la insulina, hiperglucemia, hipertensión, niveles bajos de lipoproteínas de alta densidad (colesterol bueno), niveles altos de colesterol malo y triglicéridos y acumulación de grasa a nivel abdominal.
Hoy se reconoce que en las personas obesas, las enfermedades crónicas como la diabetes están estrechamente ligadas con la producción de moléculas pro inflamatorias por parte de los adipocitos (células que forman el tejido graso).
Se ha sugerido que la curcumina, así como reduce el estrés oxidativo y la inflamación crónica, es capaz de mejorar la sensibilidad a la insulina, suprimir la acumulación de grasa visceral, disminuir la presión arterial y reducir el colesterol y triglicéridos en plasma.
Algunos estudios en animales han mostrado que la curcumina puede mejorar la tolerancia a la glucosa, reducir los niveles de glucosa y hemoglobina glucosilada en sangre, prevenir la ganancia de peso corporal y la acumulación de grasa en los adipocitos.
Cúrcuma y prevención de cardiopatías
Existen evidencias de que la curcumina tienen potencial para intervenir en la prevención de ateroesclerosis, aneurisma aórtico, infarto al miocardio y eventos vasculares cerebrales. También se ha reportado que sea posiblemente efectiva como parte del tratamiento de la hipertrofia cardiaca, la insuficiencia cardiaca y las complicaciones cardiovasculares de la diabetes.
Nuevamente, son las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias de la curcumina, en conjunto con sus efectos hipolipemiantes, los principales mecanismos que contribuyen a la prevención y tratamiento de las enfermedades del corazón.
Entre los efectos atribuidos a la curcumina que se relacionan con la prevención de las enfermedades cardiovasculares se encuentran su capacidad para mejorar la integridad estructural de las arterias, la función endotelial y mitocondrial y la función de vasodilatación. Además, la disminución de la acumulación de colesterol y lipoproteínas de baja densidad oxidadas, disminución de la adhesión de leucocitos en las paredes arteriales y disminución de la apoptosis (muerte celular) y fibrosis cardiaca, entre otras.
La curcumina modifica las concentraciones de grasas en sangre, su síntesis y su metabolismo. En estudios con animales, la curcumina disminuye los efectos negativos producidos por la dieta occidental (rica en grasas y azúcar) en la tolerancia a la glucosa y los niveles de grasas en sangre.
También se ha sugerido que la curcumina, además de mejorar los niveles de lipoproteínas de alta densidad (colesterol bueno), puede mejorar su funcionalidad elevando la calidad de éstas moléculas y su actividad biológica.
Cúrcuma y prevención del cáncer
Cuando se investiga para qué sirve la cúrcuma, otras características que han sido estudiadas son sus propiedades anticáncer. Aparentemente existen diversos mecanismos detrás de ellas. Una vez más, las propiedades antiinflamatorias de la cúrcuma se encuentran relacionadas.
El proceso inflamatorio inducido por moléculas proinflamatorias como las citocinas, radicales libres y factor de necrosis tumoral entre otras, se encuentran relacionadas con el inicio y desarrollo del cáncer. Al modificar este proceso, la curcumina tiene potencial para modular la respuesta inmune y prevenir este grupo de enfermedades. Es posible que la curcumina regule la expresión de varios genes involucrados en la regulación del crecimiento, proliferación y sobrevivencia de células cancerosas.
Hay estudios que sugieren un potencial efecto positivo de la curcumina en la prevención o tratamiento de cáncer colorectal, gástrico, hepático, de la cavidad oral, de páncreas, de próstata, de mama, de pulmón, mieloma múltiple y leucemia, entre otros.
Propiedades anti infecciosas de la cúrcuma
Ante la necesidad de nuevos agentes antiinfecciosos efectivos y seguros, se ha analizado la posibilidad de que la cúrcuma tenga actividad antiviral, antibacteriana y antimicótica.
Se ha observado que la curcumina podría ejercer una acción antiviral en contra de virus como los de la hepatitis, influenza, herpes, zika, entre otros.
Los efectos antivirales reportados tienen lugar a través de diferentes mecanismos, relacionados con la entrada, expresión genética y/o replicación de los virus. Es posible que la curcumina inhiba algunas funciones enzimáticas de estos, dificulte su entrada a las células e impida que se unan a las membranas celulares.
También se han reportado posibles efectos antibacterianos y antimicóticos de la curcumina, relacionados con la inhibición del crecimiento de algunas bacterias y hongos potencialmente patógenos. Esta acción antibacteriana se ha observado en estudios con bacterias como estreptococos, estafilococos, E. Coli, Salmonella, Helicobacter pylori entre otras y con hongos de la especie Candida .
Los hallazgos anteriores son preliminares y hasta ahora no se ha aprobado a la curcumina como un agente antiviral ni antibacteriano.
Cúrcuma y neuroprotección
Otros de los beneficios de la cúrcuma que han sido investigados se relacionan con la prevención de enfermedades neurodegenerativas. Las enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson se caracterizan por una pérdida progresiva de la función de un conjunto específico de neuronas, lo que genera déficit motor y cognitivo. Aunque los mecanismos responsables de esta degeneración neuronal no se conocen por completo, se sabe que el estrés oxidativo juega un papel central en su desarrollo.
El estrés oxidativo se produce cuando hay un desequilibrio entre la cantidad de radicales libres y las defensas celulares que los neutralizan. Las células del sistema nervioso son particularmente sensibles al daño causado por los radicales libres. Así que, a través de su actividad antioxidante y antiinflamatoria, la cúrcuma puede ejercer un efecto neuroprotector.
La curcumina, polifenol más abundante de la cúrcuma, ha mostrado efectos prometedores en la neuroprotección en situaciones de lesión cerebral post traumática y enfermedad de Parkinson.
Como parte de la prevención y tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, la curcumina parece contribuir a mantener una forma y funcionamiento normales de las estructuras cerebrales contribuyendo así a retrasar su progresión.
Cúrcuma y microbiota
La actividad de la curcumina, como la de otros polifenoles depende de su tasa de absorción y de su metabolismo.
Después de su consumo, la curcumina pasa por el estómago sin ninguna modificación química o estructural importante. Es en el intestino donde se acumula y se transforma por medio de la acción de enzimas intestinales y enzimas producidas por la microbiota intestinal. De esta forma, da origen a algunos de sus metabolitos biológicamente activos.
La microbiota intestinal está formada por un ecosistema dinámico y muy densamente poblado de microorganismos que contribuyen con la salud. Su composición se relaciona estrechamente con el tipo de dieta que cada uno consume. Las dietas desequilibradas favorecen la disbiosis intestinal que favorece la permeabilidad intestinal, la micro inflamación y las enfermedades crónicas.
La composición de la microbiota de cada individuo causará diferentes transformaciones a la curcumina ingerida por vía oral. Así que los beneficios que se observen dependen no solo de la combinación y cantidad de polifenoles que se consumen, sino también del tipo de población de la microbiota de cada persona.
Por otra parte, se ha sugerido que el consumo de cúrcuma vía oral tiene la capacidad de regular la magnitud, composición y diversidad de la microbiota intestinal. Aparentemente la curcumina favorece el crecimiento de algunas bacterias benéficas como los lactobacilos y bifidobacterias y reduce la proliferación de especies nocivas.
Cúrcuma y depresión
La depresión es un trastorno mental debilitante y muy común. Es la principal causa de discapacidad en el mundo y uno de los principales contribuyentes con la carga global de enfermedad. Además, una proporción importante de los pacientes que la padecen no responden adecuadamente al tratamiento farmacológico convencional, por lo que constantemente se están buscando nuevas alternativas.
Un metaanálisis reciente sugiere la eficacia clínica de la curcumina para reducir los síntomas de la depresión y ansiedad.
Entre los mecanismos que se han propuesto en relación con la actividad antidepresiva de la curcumina se encuentra la inhibición de enzimas, modulación de neurotransmisores e incremento de los niveles de factores neurotróficos, además de los ya mencionados efectos anti inflamatorios.
El lado oscuro de la cúrcuma
Entre las evidencias con respecto a la utilidad real de la cúrcuma en la prevención y tratamiento de enfermedades existen muchas inconsistencias que nos obligan a tomar con precaución la información que hasta aquí se ha presentado.
Una alta proporción de las evidencias que se han publicado con respecto a los posibles beneficios de la cúrcuma sobre la salud provienen de estudios in vitroy en algunos casos, de estudios en animales. Además, por la naturaleza de muchos de estos estudios, no es posible descartar que, al menos en parte, sus resultados se deben a la interferencia de factores distintos a las propiedades de la curcumina.
Por otro lado, se han estudiado diferentes preparados de curcumina con diferentes concentraciones de sus metabolitos y en combinación de distintos vehículos de administración. Estas inconsistencias también pueden contribuir a resultados contradictorios y dificultan identificar para qué sirve la cúrcuma en realidad.
Es importante tomar en cuenta que in vivo,se ha evidenciado que la curcumina tiene una biodisponibilidad muy baja porque su tasa de absorción intestinal es mínima, su metabolismo es muy rápido y se elimina rápidamente a través de la vesícula biliar. Así que tan pronto como una hora después de haber consumido dosis altas de curcumina, la cantidad detectable en la sangre es insignificante.
También debe considerarse que la curcumina es una sustancia muy inestable químicamente. Se degrada muy rápidamente con cambios de temperatura o pH o en presencia de otras sustancias. Así que los beneficios reales del consumo de bebidas o platillos con cúrcuma son dudosos.
A pesar de que la tolerancia a grandes dosis generalmente se ha reportado como buena, y la toxicidad es mínima, su baja biodisponibilidad pone en duda sus efectos terapéuticos. La mayor parte de la curcumina administrada por vía oral es desechada y nunca alcanza el torrente sanguíneo.
Es posible que para observar algunos de los efectos beneficios atribuidos a la curcumina se requiera de dosis muy altas. Sin embargo, se ha documentado que la curcumina en muy altas concentraciones puede dañar el DNA de células del hígado y pulmones. Además, aunque en casos raros, se han registrado algunos efectos negativos después del consumo de curcumina en dosis regulares. Entre ellos se han reportado diarrea, náusea, dolor de cabeza, erupciones en la piel, evacuaciones amarillas y alteraciones en las pruebas de función hepática.
La estabilidad química de la curcumina se puede mejorar cuando se combina con algunas otras sustancias, como la piperina (sustancia extraída de la pimienta negra), o cuando se encapsula con lípidos o nanoparticulas. Es probable que algunos suplementos con análogos de la curcumina sean una opción terapéutica más viable. No obstante, sus efectos no han sido estudiados ampliamente.

Conclusiones
Se han documentado numerosas evidencias de los potenciales beneficios de la cúrcuma y en particular, del consumo de curcumina, el polifenol más abundante de esta especia. Estos beneficios se derivan en su mayoría de las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias de esta sustancia y se extienden a la prevención y tratamiento de numerosas condiciones de salud como la obesidad, síndrome metabólico, diabetes, cardiopatías, cáncer, artritis reumatoide, enfermedades neurodegenerativas e infecciones virales y bacterianas entre otras.
Sin embargo, en el cuerpo humano, la biodisponibilidad de la curcumina es escasa puesto que es pobremente absorbida, se metaboliza rápidamente y se desecha en su mayor parte.
Se requieren nuevos estudios clínicos en humanos con preparados de curcumina en formulaciones que mejoren su biodisponibilidad para poder hacer conclusiones sobre su verdadera utilidad clínica, para qué sirve la cúrcuma, para qué no es útil, cómo debe consumirse y en qué dosis.
Generalmente se ha reportado que el consumo de cúrcuma es seguro, y sus efectos colaterales son raros. Aun así, es riesgoso confiaren que el consumo dietético de cúrcuma, en infusiones y platillos es suficiente para prevenir o tratar enfermedades.
Como siempre, lo más prudente es adoptar un estilo de vida saludable que incluya una dieta con abundantes y variados ingredientes vegetales ricos en polifenoles y otros antioxidantes.
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Muy interesante! Hace tiempo que escucho acerca de la cúrcuma y nunca supe qué era. Tiene rico sabor? Dónde se puede conseguir? En dietéticas o la venden en supermercados? Gracias por la información! Saludos