Hacer ejercicio con regularidad es necesario para mantenernos saludables. Y aunque el mejor ejercicio es el que se adecue mejor a las necesidades y preferencias de cada quien, inscribirse en un gimnasio es una opción atractiva para muchas personas porque les permite tener una rutina variada y completa y convivir con otras personas con objetivos similares.
Si estás pensando empezar a ir al gimnasio o regresar después de haberlo abandonado considera las siguientes recomendaciones para empezar con el pie derecho:
- Fíjate un objetivo. Define con claridad tu objetivo antes de empezar. ¿Qué es lo que deseas obtener de tu rutina? ¿Reducir tu grasa corporal? ¿Tonificar tus músculos? ¿Mejorar tu condición física? Platica con tu instructor cuáles son tus objetivos para que pueda orientarte mejor.
- Busca el gimnasio más adecuado para ti. Si el gimnasio de moda está muy lejos de tu casa u oficina te será doblemente difícil convencerte de ir cuando te sientas más cansado o estés limitado de tiempo. Por el contrario, si el gimnasio que queda justo de paso entre tu trabajo y tu casa es demasiado costoso para tu presupuesto probablemente tendrás que dejarlo pronto. Así que analiza detenidamente todos los pros y contras. Aprovecha la oportunidad de muchos gimnasios de tomar algunas clases de pruba y visitar las instalaciones antes de tomar una decisión.
- Busca el horario que más te convenga. No pienses que hacer ejercicio por las mañanas antes del trabajo o la escuela es la única opción. El mejor horario es aquel en el que te resulte más sencillo ser constante. Considera que en los horarios justo antes y después de las horas de entrar a trabajar los gimnasios suelen estar más congestionados y te será más difícil concluir tu rutina cómodamente. Si es posible busca un horario antes o después de las horas pico.
- Usa ropa cómoda. Usar la ropa y calzado adecuados hará más fácil tu rutina en el gimnasio. Busca prendas diseñadas especialmente para practicar deportes porque se secan rápidamente y te permiten estar cómodo de principio a fin.
- Toma un refrigerio ligero antes de empezar. Ejercitarse después de una comida fuerte te resultará muy incómodo, pero hacerlo en ayunas puede disminuir tu rendimiento. Es mejor tomar una comida ligera que contenga carbohidratos y muy poca grasa un poco antes de empezar tu rutina. Un poco de fruta y un yogurt bajo en grasa son una buena opción.
- Sigue los consejos de los instructores. Ellos sabrán recomendarte qué hacer para sacar el mayor provecho de tu rutina y para evitar lesiones.
- No te olvides de respirar. Ya sea que estés haciendo cardio o ejercicio con pesas recuerda concentrarte en tu respiración para sacar el mejor provecho de tu rutina. Si no estás seguro de hacerlo bien consulta con tu instructor.
- Comienza poco a poco. Si no has ido al gimnasio por algún tiempo o es la primera vez que lo haces comienza poco a poco y ve incrementando la duración y la intensidad de tu rutina gradualmente. Piensa que si por intentar “empezar con todo” te lesionas en los primeros días, tendrás que suspender tu nuevo buen hábito por algún tiempo.
- Encuentra un cómplice. Siempre resulta más difícil caer en la tentación de decir “hoy no voy al gimnasio” cuando un buen amigo o amiga te espera allá. Además la rutina se hace más ligera en buena compañía. Por otro lado, muchos gimnasios ofrecen tarifas especiales para parejas u ofrecen promociones del tipo 2X1 en las inscripciones en algunas temporadas.
- Cuida tu dieta. Seguir la dieta adecuada te ayudará a alcanzar tus objetivos. Si te interesa bajar de peso o reducir tu porcentaje de grasa corporal, a la hora de sentarte a la mesa no te confies pensando en que has gastada muchas calorías en el gimnasio. Un exceso de confianza podría resultar contraproducente. Por otro lado, si tu objetivo es ganar masa muscular debes asegurarte de consumir suficientes calorías. Pide a un nutriólogo que te oriente.
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