
El arroz ha sido un alimento base en la dieta de los asiáticos por siglos. Aunque su consumo en los países occidentales es menor, se ha ido incrementado rápidamente.
Con los avances en la industria alimentaria durante el siglo XX, se hizo posible producir arroz refinado a grandes escalas. Para producir el arroz blanco o refinado, el grano integral es sometido a un proceso con el cual se le retira la capa exterior y el germen. Y básicamente lo que queda es el endospermo, que consiste principalmente de almidón. En países desarrollados como Estados Unidos y el Reino Unido, más del 70% del arroz que se come es refinado.
Pero según sugieren los resultados de algunas investigaciones, deberíamos considerar sustituir el consumo de arroz refinado por arroz integral para reducir nuestro riesgo de diabetes mellitus tipo 2. El arroz refinado tiene un índice glucémico alto, esto es, causa incrementos bruscos de los niveles de glucosa en sangre, lo que podría elevar el riesgo de diabetes. Por lo tanto, el arroz integral, igual que otros productos integrales, sería una opción más sana, pues libera la glucosa de una forma más gradual.
En un estudio de revisión publicado en la revista Archives of Internal Medicine, se analizaron los registros dietéticos de tres grandes estudios epidemiológicos llevados a cabo con cerca de 40.000 hombres y 157.500 mujeres y se examinaron los datos sobre el consumo de arroz y el riesgo de diabetes.
Los investigadores descubrieron que quienes consumían cinco o más porciones de arroz blanco a la semana tenían 17% más riesgo de diabetes que quienes consumían menos de una porción al mes.
Por el contrario, el consumo de dos o más porciones de arroz integral a la semana mostró una reducción de 11% en el riesgo de desarrollar la enfermedad, comparado con el consumo de menos de una porción al mes.
Los autores concluyen que desde el punto de vista de la salud pública, debería recomendarse el reemplazo de granos refinados como el arroz blanco por granos integrales, incluido el arroz integral para facilitar la prevención de la diabetes tipo 2.
De hecho, en muchos países los nutriólogos hacemos la recomendación de que al menos la mitad de las porciones de cereales que se consumen al día sean cereales integrales por su mayor contenido de fibra y micronutrimentos, su menor índice glucémico y su menor densidad energética.
Fuente:
Qi Sun, MD; Donna Spiegelman, ScD; Rob M. van Dam, PhD; et.al. White Rice, Brown Rice, and Risk of Type 2 Diabetes in US Men and Women. Arch Intern Med. 2010;170(11):961-969.
Gracias por la información. En conclución, ¿Sería mejor no consumir arroz aunque fuese inbtegral?
El arroz, como cualquier otro alimento, puede ser parte de una dieta saludable si se come con moderación y en combinación con otros alimentos. Y si es integral, mejor. Saludos.
Muy interesante!
No conocía esos estudios.
Un saludo!
Si, interesante sin duda. Aun cuando es difícil hacer conclusiones con los resultados de uno o unos cuantos estudios, vale la pena tomarlo en cuenta.
Gracias por tu comentario. Saludos.
En mi casa, siempre integral. Reconozco que me gusta más el blanco… pero siendo más saludable, integral, sin duda. Lo que sí que está espectacular es la pasta integral. Esa me gusta más que la normal 😉
Claro! Supongo que es cuestión de acostumbrarse, pero se pueden preparar platillos fantásticos con arroz y pasta integral. Muchas gracias por tu comentario.